El agroturismo se abre paso en el verano poscovid

 

Hacer «apiturismo» para conocer de cerca -pero con cuidado- la producción de miel; ser agricultor por un día y ayudar en las labores de recolecta y de siembra; convertirse en ganadero y probar con el ordeño o el pastoreo: el agroturismo busca su lugar en el primer verano poscovid.

El agroturismo  -una rama de turismo rural que incluye actividades agropecuarias-, se define como una forma de acercar lo rural a quienes no viven en el campo, esto es, a los «urbanitas» curiosos.

"Hay cerca de 2.000 alojamientos rurales con granjas y unos 240 ofertan actividades enfocadas a esta rama del sector", según datos de la citada plataforma.

Se puede realizar agroturismo en la mayoría de las comunidades autónomas de España, pero son las regiones del Norte las que concentran la mayoría de los alojamientos que ofertan estas actividades, explican desde la plataforma especializada EscapadaRural.

Apiturismo

Hay muchas formas de acercarse a la realidad de la actividad agropecuaria en la que la abejas cumplen un papel fundamental y, de esta relación, nació el conocido como «apiturismo».

Miel del Camino de Santiago, un proyecto puesto en marcha por Beatriz Figueroa, que hace honor a la ruta peregrina que atraviesa la comarca del Bierzo en león, permite desde visitar las colmenas de abejas hasta conocer los distintos tipos de miel y saber diferenciar la calidad.

En este caso la apicultura y la educación ambiental van de la mano están unidas en una iniciativa que fomenta que «los niños conozcan a las abejas y su papel en la naturaleza e incluso que los padres reflexionen sobre la posibilidad de vivir en zonas rurales y dedicarse a la agricultura o la ganadería», detalla Beatriz Figueroa.

Ganadero por un día

Y si de ganadería se trata, en Candás (Asturias) se encuentra, Casa Jesusa, una finca de 50 hectáreas de Maria José Vega Suárez donde progresivamente se ha desarrollado un proyecto de agroturismo.

«Primero fue la ganadería, después diversificamos al turismo rural y ahora hemos aunado ambos en el agroturismo», explica.

En la mayoría de los casos el sustento principal de estas fincas de agroturismo son las explotaciones agropecuarias, en algunos casos con huertos para el autoconsumo, y el agroturismo es una forma de anexionar a los clientes al campo.

«Casa Jesusa» es un complejo de alojamiento rural y a la vez una explotación ganadera, dónde Maria José Figueroa tiene a sus 43 cabezas de ganado que producen leche y, que además, pueden ser ordeñadas por los clientes que alquilar las casonas que está finca pone a su disposición.

Se trata de una oportunidad para ordeñar vacas de raza asturiana y de realizar otras labores como el clásico pastoreo, detalla María José Vega Suárez.

Dedicarse al campo en vacaciones

Pero no solo hay labores de ganadería y apicultura disponibles en el agroturismo, también se puede practicar la agricultura durante las vacaciones y en entornos muy cercanos a las grandes urbes como la Sierra Norte de Madrid.

Por ejemplo, la finca de El Capriolo (Madrid) es donde Jaime Alonso tiene una explotación ganadera y un huerto para «el autoconsumo» que también utiliza para enseñar a sembrar o a recolectar a sus huéspedes», explica el emprendedor.

Así, en el Capriolo, niños y adultos pueden disfrutar ayudando al dueño a alimentar a las vacas, burros o gallinas o sembrando los frutos de la temporada.

Estas son sólo algunas de las apuestas del agroturismo por captar la atractiva atención de los viajeros amantes de la esencia de lo natural en un verano, que ya sin restricciones por la pandemia, ofrece multitud de opciones.

Fuente. Efeagro