El turismo asociado a los bosques encara un otoño que no sólo cambiará los colores de los árboles sino que les obligará a capear un temporal llamado pandemia que provoca restricciones y disponibilidad dispares en toda la península y una gran incertidumbre para el sector.
El otoño es conocido por sus tonos pardos y rojizos. Este atractivo es un gran aliciente para que muchos senderistas paseen por los bosques españoles. Pero este año los viajeros experimentan una situación única en la que las restricciones, los rebrotes de la COVID-19 y los cierres de municipios por el coronavirus afectan a sus planes de escapada de ocio, fundamentalmente los programados en puentes y fines de semana.
Esta reducción en los clientes que solicitaban este servicio, la han padecido diversas agencias de excursiones, entre ellas Atuaire, afectada por las limitaciones de transporte aplicadas en la capital.
Desde que entró el otoño, no han podido organizar salidas y solo tenían programadas excursiones para ayer domingo, siempre y cuando no tuviesen efecto las restricciones impuestas por el estado de alarma, según explica a Efeagro el director de la agencia, José Antonio Presa.
Aún así y pese a recibir reservas, no quieren llenar el cupo con el fin de respetar las medidas de seguridad para evitar contagios, lo que dificulta su recuperación tras un año en el que han tenido que pasar la mayor parte de los meses cerrados.
“Con esta incertidumbre no se puede vivir porque los viajes no se programan de un día para otro, se programan incluso con meses de antelación”, señala.
Otra región que vive una situación similar es Ávila, donde la Asociación de Turismo Rural de Ávila-Casas de Gredos también ha sentido los efectos del cierre de la capital.
“El otoño funciona bastante bien, sobre todo los fines de semana, pero con esta situación es una incertidumbre, como todo en general. No sabemos cómo vamos a funcionar. En la previsión de reservas, la mayor parte de clientes son de Madrid”, lamenta su presidente, Francisco Samuel Zazo. Desde su asociación calculan que este año las reservas en alojamientos rurales rondan el 20 %, cuando en estas fechas otros años suele alcanzar el 50 %.
“Nada está seguro en el corto plazo”
La confusión ante las restricciones y rebrotes se vive asimismo en el Valle del Jerte, en Extremadura, donde “nada está seguro en el corto plazo”, reconocen desde la Oficina de Turismo, ya que han vivido el cierre de municipios cercanos en el valle por el aumento de positivos.
“Sí que recibimos gente, no tanto como en otoño, pero el Valle es muy bonito en esta época”, subrayan, aunque esperan a dentro de unos 20 días, cuando cambien de color los árboles de la zona y reciban -o no- el grueso de visitantes habitual de la época.
En otras zonas, sin embargo, resisten mejor, como el Centro BTT (bicicletas todo terreno) Alcornocales, en Cádiz, que ofrece excursiones al aire libre y, pese a las restricciones en Madrid y Cataluña, el servicio “está funcionado bastante bien”.
“Se ha potenciado más ese tipo de turismo. Se está alejando todo el mundo de los planes masivos. Hay 12 rutas y es muy difícil encontrarte a gente”, detalla David Sánchez, director del Hotel Montera Plaza, ubicado en el Parque de Los Arcornocales y desde donde gestionan también el uso de bicicletas.
Respetar el medioambiente
También hay quienes han registrado un alto índice de visitantes y no están satisfechos con el resultado, como en el Montseny, en Cataluña.
El presidente de la Asociación de empresarios turísticos del Montseny, Joan Lluis Rojas, asegura que han recibido a muchos visitantes que no han respetado las normas de conducta de las zonas naturales, al retirar castañas sin permiso, aparcar fuera de las zonas delimitadas y dejar residuos en el terreno, lo que ha provocado que la diputación plantee tomar medidas restrictivas.
“Intentamos hacer pedagogía con la gente”, precisa Rojas, tras apuntar que desde la asociación intentan que la gente contrate guías turísticos que les explique por qué sendas caminar y cómo comportarse en la zona.
La técnica de turismo de la organización Silvia Arau resalta que su objetivo es “trabajar con una visión más sostenible”, que va de la mano con “desestacionalizar” las épocas de visita de turistas y promocionar otras épocas del año, para que no se centren las visitas en esta temporada.
No arrancar flora, no dejar residuos, respetar la población local y seguir las rutas
Precisamente, desde la organización ambientalista Greenpeace han recordado la importancia de cuidar del medio ambiente, no solo por no tirar residuos, sino por no arrancar la flora local, respetar los caminos y a la población local, dueña en muchas ocasiones de esos terrenos, e ir con cuidado para evitar exponerse a riesgos, al haber comenzado la época de caza.
Fuente: EFEAGRO