La IGP Lenteja de Tierra de Campos pretende doblar su producción y superficie

La Indicación Geográfica Protegida (IGP) Lenteja de Tierra de Campos, es la reina de las legumbres de calidad por su volumen, y mantiene  como objetivo impulsar el conocimiento de este sello de calidad de Castilla y León y conseguir en un plazo de tres o cuatro años duplicar tanto su producción certificada como la superficie amparada.

Así lo ha asegurado a Efeagro el director técnico de esta IGP, Javier Alonso Ponga, quien ha puesto en valor tanto la calidad del producto y sus bondades nutricionales como la sostenibilidad del cultivo, “que cuida del medio ambiente al no utilizar nitratos”. Alonso indica que

“Nuestra intención es que en un plazo de tres o cuatro años la producción de lenteja amparada llegue al millón y medio de kilos, y la superficie protegida, a 10.000 hectáreas”.

El director técnico ha explicado que mucha de la lenteja pardina cultivada bajo el amparo de la IGP se comercializa sin contraetiqueta ya que “los consumidores no la demandan porque desconocen aún este sello de calidad, que nació relativamente hace poco tiempo, en 2005“.

El sello de calidad de legumbres con más superficie

“Los consumidores conocen las denominaciones de vino españolas, pero desconocen que existen diez sellos de calidad de legumbres y, más aún, que la IGP Lenteja de Tierra de Campos ampara cerca del 60 % de la suma de sus superficies”, ha comentado.

Para dar a conocer la lenteja pardina, desde el Consejo Regulador han impulsado recientemente una campaña de promoción entre blogueros relacionados con el mundo gastronómico.

Fruto de dicha iniciativa, han conseguido multiplicar las recetas con lentejas de Tierra de Campos que se salen del tradicional puchero de cuchara con chorizo y tocino y que van desde un humus a unas albóndigas vegetales, o a combinarlas con curry, boniato o con pato marinado en trufa.

Cuatro provincias castellanoleonesas

Tierra de Campos se extiende a lo largo de las provincias de León, Palencia, Valladolid y Zamora; en 2019 se sembraron 5.800 hectáreas, de las que se recogieron 1,6 millones de kilos y, de esa producción, la IGP certificó solo 730.000 kilos.

“En la primera campaña, en 2006, solo amparamos 700 hectáreas, pero ahora la media se sitúa en unas 5.000 hectáreas”, ha apuntado Ponga, quien asegura que el porcentaje que se vende con la contraetiqueta de la indicación podría aumentar si creciera la demanda de lenteja pardina con trazabilidad garantizada.

Este año, la aparición de la pandemia de la covid-19 hizo que las legumbres, que en los últimos años habían tenido un retroceso de consumo, se agotaran en las primeras semanas de confinamiento de los lineales de supermercados como también ocurrió con el papel higiénico.

“Su venta subió un 300 %, ya que es un alimento saludable, rico en fibra, con mucha proteína vegetal, que se conserva bien y con precio asequible”, ha añadido para ensalzar los valores de esta pequeña legumbre, cuyo diámetro oscila entre los 3,5 y los 4,5 milímetros.

Mientras que en 2019 la sequía pasó factura al volumen producido, en 2020 las cifras han aumentado hasta los 6,5 millones de kilos, de los que 750.000 kilos se comercializarán con el sello de la IGP, pese a que se sembraron menos hectáreas (4.200 ha) que en el año anterior (5.800 ha).

Esta última ha sido una cosecha “abundante” aunque inferior a la “excepcional” de 2018 (ocho millones de kilos y 5.400 hectáreas), ha sentenciado Ponga antes de explicar que hay “muchas fluctuaciones” porque el agricultor, tras un año de sequía y poca producción, se decanta por sembrar cereal.

En este sentido, ha indicado que “hasta el próximo mes de febrero” no se sabrá cuánta superficie de Tierra de Campos se dedicará a la lenteja pardina para la campaña 2021, ya que depende de las programaciones de los agricultores y de las precipitaciones que condicionan la anterior siembra de cereal.

Fuente: Efeagro