Juan José Luna y Rosana Golvano o Rosana Golvano y Juan José Luna, tanto monta monta tanto, son un castellano-manchego y una aragonesa que se unen, no solo en matrimonio, sino también en la faceta empresarial para conseguir que una ilusión, que comparten, se haga realidad. Nuestra gran conquista es que hemos hecho un producto que no solo es un alimento para las personas sino que además queremos que disfruten de lo que están comiendo, facilitando la vida a algunos alérgicos e intolerantes, ya que no usamos huevo, ni gluten, ni conservantes, ni colorantes etc, son quesos que la gente nos comenta que 'sientan bien'.
Él ingeniero técnico agrícola y ella veterinaria. Trabajan en la misma empresa, cada uno en su especialidad. Las cosas no van ni bien ni mal. Simplemente, van. En ellos está floreciendo el germen de la inquietud, de la ilusión. Una ilusión por levantar algo propio. Que sean ellos los que toman las decisiones finales, con sus aciertos y errores. Al fin y al cabo, el jefe, es el que tiene la última palabra en las decisiones empresariales.
Esa ilusión, madurada con el tiempo, va tomando forma y cuerpo. Los dos conocían el campo, por sus trabajos, y querían vivir de él y para él. Después de darle vueltas, y de no dormir alguna noche, optaron por tener una ganadería propia. Para ello había que elegir el animal, -en esto Rosana tenía mucho que decir, por su profesión y experiencia- y se decidieron por la cabra. El motivo no es otro, comenta Rosana, que “es un animal que se adapta muy bien a nuestro entorno” que ahora se conoce como “ecosostenible”. La cabra puede, continúa Rosana, vivir perfectamente en nuestra zona.
Una vez que se ha elegido el animal, había que elegir la raza. Aunque para los profanos todas son iguales, cada raza tiene sus peculiaridades. La elegida fue la raza Florida, una raza autóctona española, recuperada, mejorada y extendida, en gran medida, por la extraordinaria labor de la Asociación de Criadores ACRIFLOR, en unión con la Universidad de Córdoba, una de las más prestigiosas en veterinaria, de este país. Esta raza se caracteriza porque se adapta perfectamente a nuestra climatología; es muy productora y tiene un buen carácter, siendo fácil de manejar.
Ya cuentan con una ganadería propia, cuando aparece en escena un elemento muy llegó a ser muy importante en Quesos de Luna. Este fue la gran crisis financiera del año 2008, que afectó a todos los países y también a España. El precio de la leche baja considerablemente y su negocio ganadero se tambalea. O hacen algo que evite el cierre o están abocados a que su sueño finalice. Deciden montar una quesería. Con la leche que sus cabras producen – y que ahora se paga a un precio muy bajo- se pueden elaborar muy buenos quesos. Así nace una nueva aventura empresarial, su quesería. El principal escollo es la duda que genera saber si será un acierto o no. Finalmente la decisión toma cuerpo y nace “Quesos de Luna”.
Ya tenían parte del recorrido inicial elegido. Falta por decidirse por el tipo de queso que quieren elaborar. Había que buscar un queso que se adaptase a las características de la leche de cabra y ahí tampoco tuvieron grandes dudas. Querían producir quesos que podíamos denominar “afrancesados”. El motivo no es otro que los queseros franceses son dignos de imitar, por su gran profesionalidad, basada en el conocimiento y manejo de la leche de sus animales. Aquí la pareja de empresarios sabía que con la tecnología de cámaras maduradoras se puede reproducir las condiciones ambientales – tanto de humedad como de temperatura – de la Normandía francesa o de cualquier otro lugar que les interesase.
De esta manera comienzan la elaboración de quesos de pasta blanda, tipo Cammenbert-Brie, como es el “cremoso” de Quesos de Luna; o coagulaciones lácticas como es “Rulo y Zagalico”. “Quesos de Luna” tiene un fuerte componente local. Se puede decir que es “queso de proximidad”. Su mayor facturación se da entre los vecinos de La Solana (Ciudad Real) donde está ubicada la quesería y la comarca, aunque también, y cada día más, se distribuye entre clientes que lo demandan desde varios puntos de la geografía española.
Hay que decir que también elaboran un queso “semicurado” y “curado” hechos ante la petición popular de disponer de quesos “normales” más similares a los que los clientes locales están más acostumbrados a consumir. Hay que recordar que están ubicados en el corazón de La Mancha. Igualmente disponen de un “queso fresco” que tiene una fuerte demanda para hacer recetas de queso frito.
Rosana señala que los comienzos son siempre muy duros y más si empiezas en el mundo del sector primario, sin “herencias” de ningún tipo. Nosotros, continúa Rosana, hicimos las instalaciones, compramos la ganadería y fundamental, pagamos las novatadas. Pagamos la inexperiencia de ser novato y desconocer cómo funcionan las cosas. Rosana Golvano indica que “teníamos algo esencial, la ilusión. Ilusión por tener algo propio, algo basado en tu esfuerzo y trabajo. Tienes la materia prima y el afán de llevarlo a cabo. “No queríamos que se parase la fábrica porque te falta un componente chino”. Nosotros lo teníamos todo.
Hablar de Quesos de Luna es hablar de su queso estrella, el "Cremosos". Un queso que pese a su juventud ya tiene numerosos reconocimientos y premiso acumulados. Ha sido medalla en los World Cheese Awards 2018-2019. En esta edición se presentaron 3.472 quesos procedentes de 45 países diferentes, y el "Cremosos de Cabra" obrtuvo la medalla de bronce. Este mismo queso pasó a la final en el 11º Campeonato de los Mejores Quesos de España- Gourmet Quesos 2020, edición en la que se presentaron más de 800 quesos. Este año 2021 también se encuentra seleccionado para la gran final de estos premios Gourmet Quesos 2021.
Golvano, que no puede disimular su emoción al hablar de este queso señala que es 'nuestro estandarte, más que por sus premios, por su dificultad de elaboración y su diferencia con cualquier otro lácteo, que actualmente se elabora. "A mí me gusta decir que tengo 3 hijos... y este queso. Es un queso que nos ha traído muchas satisfacciones, aunque no costara mucho comenzar a comercializarlo, ya que la gente que lo prueba, repite. la frase que más he escuchado sobre él, es que es "adictivo", que o puedes parar de comerlo.
Nuestra gran conquista es que hemos hecho un producto que no solo es un alimento para las personas, sino que además queremos que disfruten de lo que están comiendo, facilitando la vida a algunos alérgicos e intolerantes, ya que no usamos huevo, ni gluten, ni conservantes, ni colorantes etc, son quesos que la gente nos comenta que -sientan bien-.
Nuestros quesos son completamente artesanos, hechos con nuestras manos, con mucho mimo, ya que no usamos maquinaria industrial. La comercialización de los quesos que elaboran en "Quesos de Luna" la realizan tanto Juan José como Rosana, así uqe esta red de distribución es básicamente comarcal, nos movemos en un radio de aproximadamente 50 kilómetros. Eso sí, enviamos, prosigue Rosana, el queso a domicilio de aquellas personas uqe nos lo solicitan desde cualquier punto de la península.
Esta flexibilidad en la distribución ha permitido a Quesos de Luna seguir vendiendo sus quesos a pesar de la pandemia, y su lema "Tu queso en casa" ha conseguido acercar a la puerta de los vecinos su pedido, llegando a los vecinos más alejados a través de la mensajería refrigerada.
La conclusión a la que llegan tanto Juan José como Rosana es que te vas a caer muchas veces, pero hay que ponerse en pie, de nuevo. Nunca se deja de aprender, sobre todo en los momentos malos, y aplicando conocimientos, experiencia y mucho trabajo, se pueden transformar tus ilusiones en realidad.