Empresas, fabricantes y distribuidores coinciden en que esta medida no figuraba en sus planes tan a corto plazo, aunque tendrán que reaccionar rápido ya que será obligatorio en un año.
Con una mezcla de sorpresa y recelo ha recibido el sector alimentario el anuncio de del Ministerio de Sanidad de implementar el etiquetado nutricional basado en colores, Nutriscore, a la espera de conocer los detalles del proyecto.
Empresas, fabricantes y distribuidores han coincidido en señalar que esta medida no figuraba en sus planes tan a corto plazo, aunque tendrán que reaccionar rápido: la ministra María Luisa Carcedo ya anunció que este etiquetado será obligatorio en un año, una vez aprobado el real decreto que lo regulará.
La decisión de Sanidad se produce, además, apenas días después de que cinco de los mayores “gigantes” de la industria alimentaria a nivel mundial (Coca-Cola, Mondelez, Nestlé, Pepsico y Unilever) presentaran en España un modelo diferente al Nutriscore, pese a estar también basado en colores. Un portavoz de este grupo se ha limitado a explicar que las cinco firmas analizarán ahora de forma conjunta el anuncio del Ministerio y sus implicaciones.
Por el momento, falta por saber si siguen adelante o no con su iniciativa, inicialmente diseñada para que empezara a llegar a los lineales a finales de 2018 en diferentes países europeos -entre ellos, España- y que se iba a alargar hasta 2020.
El “semáforo nutricional”
Este proyecto de “semáforo nutricional” generó controversia y recibió críticas públicas de algunos nutricionistas y asociaciones de consumidores. Además, fuentes del sector confirman que también provocó malestar entre algunas empresas no incluidas en el proyecto y que reclamaban actuar de forma conjunta en esta materia.
Mientras que el semáforo impulsado por las cinco multinacionales otorga en la etiqueta un color a cada uno de los cuatro nutrientes cuyo consumo hay que vigilar (grasas, grasas saturadas, azúcares y sales), el Nutriscore hace una media con todos ellos y con otros ingredientes cuyo consumo es recomendable (proteínas, fibra, etc.) y define con un único color a todo el producto.
En el caso de este último -que ya se aplica en países como Francia o Bélgica, aunque tiene carácter voluntario-, la escala se amplía a cinco colores, con los verdes para los productos más saludables y los rojos para los de menor calidad nutricional.
Otra diferencia sustancial entre ambos es que el Nutriscore calcula el porcentaje de un nutriente por cada 100 gramos, en contraste con el sistema lanzado por Coca-Cola, Mondelez, Nestlé, Pepsico y Unilever, que utiliza “porciones reales de consumo”.
“La ministra de Sanidad ha anunciado su preferencia por Nutriscore. No estaría de más un análisis más pausado. Las armas las carga el diablo”, declaró en la red social Twitter Horacio González, quien fuera director general de la patronal de la industria alimentaria española (FIAB) entre 2010 y 2014, y actualmente asesor de la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible.
Aunque bajo condición de anonimato, otros representantes del sector apuntan a que falta todavía definir el sistema y preparar su desarrollo normativo, por lo que auguran que demorará más tiempo del anunciado que el nuevo etiquetado llegue a los lineales.
Otro motivo de preocupación es que la Comisión Europea (UE) todavía no ha aprobado un único modelo de etiquetado para todos los países comunitarios, por lo que una parte del sector confiaba en que el Ejecutivo esperara a saber cuál será el escogido para favorecer la armonización.
En España, la cadena de distribución vasca Eroski fue pionera al incluir un semáforo nutricional desde el año 2007 en sus productos de marca blanca y recientemente consultó entre sus socios aplicar precisamente el sistema Nutriscore.
Fuente: Efeagro