Por su interés reproducimos esta noticia publicada en el Diario de Burgos el 3 de marzo de 2016
"Este proyecto de agricultura orgánica único en España consiste en sembrar encinas micorrizadas con un patrón que marca la geología del terreno para no perder ni una gota de agua, reduciendo costes y mejorando la cosecha".
Los avances científicos están llegando a todos los sectores de la economía comarcal, incluyendo uno tan tradicional como el de la agricultura. A la puesta en funcionamiento de cultivos poco presentes en el campo ribereño, se suma ahora el uso de técnicas novedosas para abaratar los costes de plantación y mantenimiento, así como la mejora del rendimiento.
Con estas premisas, 15 hectáreas de terreno en el término municipal de Caleruega van a acoger una explotación trufera que será la primera en toda España que se realiza con la técnica de diseño de línea clave (key line), una forma de repartir las plantas por el terreno sin seguir los tradicionales surcos rectos, sino buscando aprovechar los accidentes del terreno y su forma natural para sacar el máximo partido a los recursos naturales. «Esta técnica parte del estudio de la forma topográfica del terreno y de desarrollar una línea de plantación relacionada con el flujo de escorrentía del agua, es decir, que el agua de lluvia se quede en el terreno y aprovecharla al máximo», resume Jose Ignacio Díez, de Terracota Ingenieros, empresa promotora de esta iniciativa.
Para poner en marcha esta puntera forma de plantación, enmarcada en técnicas de la agricultura orgánica, esta empresa arandina cuenta con la colaboración técnica de la firma mejicana Máshumus, de la mano de Eugenio Gras y Raquel Gómez, expertos a nivel mundial en este tipo de diseños, que ya han estado sobre el terreno calerogano y están ultimando el diseño de la plantación.
Completando el triángulo de colaboraciones, Terracota Ingenieros ha vuelto la vista hacia la vecina provincia de Palencia, donde tiene su sede la firma de biotecnología forestal aplicada IDforest, considerada como una de las destacadas a nivel mundial en lo que a su sector se refiere, que aporta los plantones de encina con la máxima garantía de sanidad de las plantas y con la correcta micorrización de las mismas, que es la inoculación de un hongo, de trufa en este caso, en la raíz de la planta. «Se hace una unión, una simbiosis, el hongo ayuda a la raíz a alimentar a la encina y la raíz le de protección al hongo», explica Díez. Con todas estas garantías, los promotores de esta plantación trufera calculan que podrán empezar a recolectar esos preciados hongos en un plazo reducido de tiempo. «Las trufas en condiciones normales se desarrollan a partir del séptimo año de plantación y nosotros apostamos porque vamos a poder reducirlo y a partir del sexto año ya vamos a poder empezar a hacer las primeras recolecciones», estima uno de los promotores de esta iniciativa.
Las parcelas sobre las que se materializará este proyecto son propiedad del Ayuntamiento de Caleruega y no cuentan con la riqueza óptima para plantaciones como los cereales pero sí con las propiedades idóneas para el cultivo de la trufa, al encontrarse en las estribaciones postreras de la Sierra de la Demanda. Esta extensión se puso a disponibilidad de los interesados a través de subasta pública para adjudicar un arrendamiento por 30 años.
Con los trámites administrativos solventados y en regla, en el plazo de dos meses se pretende empezar a plantar las dos primeras hectáreas del terreno, para ir ampliando la zona de cultivo durante dos años hasta plantar la superficie total. Díez estima que, cuando la parcela empiece a dar frutos, se podrán crear al menos dos puestos de trabajo durante la época de recolección, además de los beneficios que recibirán las arcas municipales, ya que el precio de renta es muy superior al que se aplicaría para unas tierras dedicadas al cultivo de secano.
Fuente Diario de Burgos