El rural sigue incorporando nuevos conceptos como el turismo ‘slow’ (lento) o el ‘bleisure’ -acrónimo de los términos ingleses ‘business’ (negocios) y ‘leisure’ (ocio)- en su camino constante para adaptarse en el marco de un sector, el turismo, que el pasado día 17 celebraba su Día Mundial de la Resiliencia.
Este día fue proclamado por Naciones Unidas (ONU) para fomentar el desarrollo turismo resiliente que hace frente a las adversidades, en un llamamiento para que los Estados Miembros desarrollen estrategias nacionales de rehabilitación.
El turismo resiliente en el rural va un paso más allá de la sostenibilidad y el ecoturismo.
Se define como una actividad multisectorial que genera desarrollo en diferentes actividades económicas en el territorio y que, por ende, tiene que ser respetuosa con los espacios naturales donde se lleva a cabo.
También lleva por bandera la creación de empleo y el crecimiento económico de las zonas donde se practica, lo que coincide con uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
El turismo en general, y el rural en particular, han hecho de la resiliencia uno de sus pilares con una gama de actividades distintas a las habituales.
Turismo a fuego lento y sin emisiones
De la mano le sigue la vertiente del turismo ‘slow’, con unos objetivos muy claros: viajar con tranquilidad mientras se disfruta del entorno y se da valor a las costumbres locales, sin estar pendiente del reloj y con cero impacto en el medio ambiente.
Una tendencia que ha venido para quedarse, ya que las leyes anticontaminación de los vehículos cada vez son más severas y desde la Unión Europea y los Estados miembros están realizando políticas para promover el uso de medio de transporte más respetuosos.
En esta línea, en Galicia, la agencia de viajes Chewaca ha puesto en marcha el proyecto Ruta N-VI, en torno a la Nacional VI que une Madrid y A Coruña en 600km.
El kilómetro 0 comienza en la Puerta del Sol madrileña y terminal en la Torre de Hércules en A Coruña y como característica, esta ruta se recorre en un vehículo cero emisiones.
El ecoturismo: un viejo conocido
El ecoturismo, un viejo aliado del turismo rural, que gracias a la concienciación ambiental de la ciudadanía cada vez gana más adeptos.
La mayoría de los ecoturistas lo son convencidos; y es que según los datos del Club del Ecoturismo en España un 49 % de sus usuarios realiza entre dos y cuatro escapadas de este tipo al año e, incluso, un 22 % lo hace más de cinco veces.
En el marco de este tipo de turismo encaja a la perfección la movilidad responsable como la que propone el proyecto de CiclaMadrid, que cuenta con un recorrido entre distintos municipios de la Comunidad en bicicleta y una aplicación para móviles.
Los interesados tienen 17 etapas en las que visitar espacios naturales salpicados con localidades de interés turístico e incluso declaradas Patrimonio Mundial de la Unesco.
Ocio y negocio: atraer a los nómadas digitales
De la innovación y para aprovechar el tiempo nace el Bleisure – unión de las palabras business (negocios) y leisure (ocio) en inglés- o lo que es lo mismo que “disfrutar del tiempo libre en un viaje de negocios”, así lo ha definido la Organización Mundial de Turismo (Unwto).
Un concepto que está muy enfocado a los llamados nómadas digitales, y para el que existen opciones personalizadas, pues el viajero solo tendrá que disfrutar de los enclaves cercanos mientras su agenda laboral lo permita.
Este 17 de febrero el rural participa también con sus nuevos conceptos en el Día Mundial de la Resiliencia del Turismo, consciente de que esta adaptación de la mano de la innovación es la fórmula para mantener su actividad en un entorno cambiante y con numerosos retos económicos y ambientales.
Fuente. Efeagro