1.2. Punto de Partida: El Autodiagnóstico

Recuerda: "Conócete a ti mismo"

Expresión griega esculpida en el templo de Delfos, que significa “CONOCETE A TI MISMO” y que Sócrates, filósofo Griego se encargó de divulgar y desarrollar como uno de los grandes pilares de su escuela filosófica. Sócrates empieza por distinguir entre el conocimiento de las cosas y el conocimiento del sujeto que las piensa, para llegar a la conclusión de que el conocimiento que primordialmente interesa al hombre es el conocimiento de sí mismo, del que forzosamente ha de partir para saber algo de las cosas que no son el propio sujeto cognoscente.

Al emprendedor se la exigido, a veces, un perfil de “superman” e incluso unas  competencias profesionales tan exigentes que han podido ser desalentadoras para cualquier persona que quisiera embarcarse en la aventura emprendedora, nada más lejos de la realidad.

Todas y cada una de las cualidades que dibujan el perfil “normal” de emprendedor son perfectamente asumibles por cualquier persona, es más competencias específicas requeridas, pueden ser accesibles mediante el cultivo de las mismas a través de la formación.

Lo cierto es que tanto para iniciarse como para consolidarse tenemos que tener muy en cuenta ciertas características y competencias a trabajar, sin ir más lejos la profesora Sanchez Almagro apunta las siguientes:

a. La motivación de logro: la  necesidad de independencia y la necesidad de escape son factores motivacionales que destacan como variables conductuales del emprendedor.

b. La asunción del riesgo: la orientación hacia la oportunidad,  la orientación hacia metas específicas, autoconfianza, valores individualistas son características personales que destacan como variables cognitivas del tipo de emprendedor.

c. La energía: es la característica física que predomina, acompañada del entusiasmo inherente al emprendedor.

d. Tener un adecuado nivel de autocontrol y saber tomar decisiones.

e. La innovación, planificación y seguimiento sistemático, la capacidad para analizar el ambiente y la capacidad de reflexión son las características intelectuales del emprendedor.

f. Ser un buen comunicador forma parte de las competencias necesarias, tanto como el desarrollo de las habilidades sociales del emprendedor.

Llegados hasta aquí se impone la reflexión, ¿qué tengo yo de todo esto?, y que mejor que la autoevaluación o autodiagnóstico de nuestras capacidades y competencias.

Para tal fin, vamos a presentar una herramienta, que si la  conocemos, sabremos de su utilidad, y  en el caso contrario descubriremos una metodología de ayuda, de análisis y autoevaluación que contribuirá a conocernos mejor, de una forma objetiva y proactiva, sirviéndonos eficazmente para diagnosticar nuestra capacidad de emprendimiento y no sólo eso, sino que podremos trasladar esta herramienta a cualquier fase del emprendimiento de negocio, tanto al inicio como una vez lanzado a los escenarios reales de la gerencia empresarial.

El método DAFO es una herramienta de análisis, gestión de recursos y evaluación.  Creada y puesta en valor en 1972 por Kenneth  Andrews y Ronald Chistensen. Inicialmente se aplicaba al ámbito empresarial, y poco a poco se fue utilizando en el análisis de la persona, de organizaciones, instituciones, asociaciones, así como en intervención social en materias como la educación, el desarrollo local y las políticas sociales.

Se traduce en español como DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades)

Las características generales de este método son:

  • Su objeto es conocer la situación en que se encuentra una persona, un grupo, un colectivo, una institución, una asociación, una empresa, una idea para emprender
  • Se utiliza para 1) detectar problemas y diagnosticar situaciones y 2) buscar soluciones y programar acciones, en definitiva para planificar estratégicamente.
  • Se trata de evaluar los condicionantes y las condiciones en que se desenvuelve  una persona, un grupo, una empresa, una iniciativa, etc.

Matriz de Diagnóstico DAFO

  • Se asienta en una matriz de valoración respecto a situaciones, dificultades, necesidades, problemas, así como de potencialidades, posibilidades, emprendimientos.

Se ordena la información en un sencillo cuadrante en el que se delimitan las percepciones sobre debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades generales  y específicas . En el mismo encontramos, por un lado, las circunstancias internas, propias de tu personalidad emprendedora, o de tu idea de negocio, presentes en el momento, y las circunstancias externas, que vienen del exterior, potenciales, futuras. Por otro lado, tenemos la valoración negativa (debilidades, amenazas) y valoración positiva (fortalezas, oportunidades).

Práctica:

Tomando como referencia las características y competencias del emprendedor que propone la profesora Sánchez Almagro, se sugiere la realización de un autodiagnóstico DAFO, que evalúe las capacidades individuales de los participantes.

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